miércoles, 1 de septiembre de 2010


Como hojas caídas, un mosaico de seres en diferentes grados de degradación, pero no nos dejemos engañar, no es el otoño tiempo el que nos degrada, si no la dinámica que nosotros mismos, como sociedad, instauramos y al que nos esclavizamos. No perdamos la esperanza, como veis, algunos logran zafarse y consiguen regalar algo de fluido vital

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