miércoles, 26 de mayo de 2010

Que Inglaterra es básicamente euroescéptica está muy claro desde hace tiempo, que, de tener que elegir en las políticas económicas y de asuntos exteriores, se alinea habitualmente con los EEUU antes que la comunidad Europea, es un hecho constatado.
A mediados de los noventa el mundillo económico neo-liberal anglosajón acuñó el término PIGS (cerdos) para hacer referencia a Portugal, Italia, Grecia y España con la excusa de agruparlos en base a unos rasgos económicos (PIB, deuda pública, etc.) que decían eran comunes aunque no fuera cierto. Se trataba de crear una imagen peyorativa de estos países o, mejor aún, de algunas de las dinámicas económicas que se dan en éstos y que, desde el punto de vista neoliberal, deberían modificarse.
A mediados del Siglo XXI la Organización Mundial del comercio afirmaba que los servicios públicos como educación, sanidad, servicios sociosanitarios, etc. en aquellos países en que aún eran públicos, constituían un gran nicho de negocios de importante rentabilidad y los denominó con la expresión: "la última ostra por abrir".
Muy poco después el intento de constitución de la comunidad europea cambia el nombre de servicios públicos por el de "servicios de interés general" con la intención de diluirlos en el mercado de forma "indolora" para los oidos de los ciudadanos europeos y la directiva Bolkestein se encargaría de inclinar la balanza a favor del sector privado en una competición abierta por los servicios en un mercado casi sin regulaciones ya que anulaba las diferencias de derechos laborales entre un país y otro y su correlato en los costos de producción de esos servicios (ya se sabe, a mayores derechos laborales, mayores costos de producción).
Esta ofensiva ultra-neo-liberal quedó parcialmente frenada por las votaciones francesas sobre todo (gracias, Francia).
En el 2008 se desencadena la gran crisis global por la desregulación del sector financiero que, no es casualidad, se corresponden milimétricamente con ese sector neoconservador-ultraliberal y a rebufo de esa crisis que ha esquilmado los bolsillos de las clases medias y más humildes, pretenden acabar de expoliar a la población general por la via de vaciar las arcas del Estado y hacer negocio con esos "nichos" de los que hablaba la OMC, los servicios públicos allá donde aún perduren.
El 4 de mayo del 2010 los tres principales periódicos de economía de habla anglófona publicaban la falsa noticia de que el gobierno Español habia solicitado al Fondo Monetario Internacional un crédito de 280.000 millones de euros, esa mentira iba encaminada a hundir el credito de la deuda de España con fines especulativos y de presión -eso en España constituye un delito que se tipifica como "conspiración para alterar el precio de las cosas" o algo parecido, y que ningún juez, tan preocupado por el tema Gurtel-Garzón, se ha preocupado de averiguar y citar a los directores de dichos diarios, seguramente porque a ellos no les va a afectar demasiado- a los pocos días el presidente español anunciaba las medidas de recorte que afectan sobre todo a los sercios públicos sin olvidar las pensiones de la clase media que puede sentirse amenazada y, como resultado, tentada de suscribir sistemas de pensiones en la Banca privada, algo que vienen anhelando desde principios de los noventa los sectores financieros privados.
Sigo pensando que existe una gran ofensiva para privatizar servicios publicos, liquidar el Estado del Bienestar hasta donde se dejen los gobiernos y hacer negocio de sus despojos a costa del bienestar de los ciudadanos, mientras las rentas van mostrando cada vez una mayor desigualdad dejando un panorama de sociedad cada vez más injusta y para acabar: ¿por qué nadie habla de lo que está sucediendo en Suecia, Dinamarca y Noruega? ¿será porque hay otra forma de hacer las cosas, porque sus Estados del Bienestar son inexpugnables o porque ya hiceron los deberes hace décadas?

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