miércoles, 24 de febrero de 2010

Aunque no es de ahora la soledad del pensador, siempre ha exisitdo la pretensión por parte del poder, de imponer un pensamiento único dirigido a fortalecer su supremacia, ese pensamiento es el que consigue aislar a los disidentes, por tanto esa soledad le llega por doble vía, la propia y la impuesta, es así como los clásicos griegos concebían el ostracismo como una de sus máximas penas.

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